Tras la contención de las subidas de los precios de noviembre, las previsiones apuntan a que la inflación continuará moderándose en los próximos meses y durante el próximo año, aunque puede haber algún repunte puntual, según apunta CEOE. Así, se espera que en 2023 la tasa media de inflación se sitúe en torno al 3,5%, cerrando el año unas décimas por encima del 3%, y en 2024 las previsiones apuntan a una inflación más contenida, debido fundamentalmente a la desaceleración de la subyacente. En todo caso, en 2024 la evolución de la inflación también se verá condicionada por el ritmo de reversión de las medidas antiinflacionarias.
En este contexto de menor inflación, cobra especial relevancia el acuerdo alcanzado por los agentes sociales para la firma del V AENC, que establece un marco para la determinación de los incrementos salariales durante el periodo 2023-2025 que genera confianza y contribuye a evitar una espiral inflacionista.
Los precios de los productos energéticos continúan mostrando caídas en términos interanuales, aunque son cada vez más moderadas por el efecto base. Los precios de los bienes industriales registran tasas más contenidas, ya que se observan menores presiones inflacionistas en los mercados internacionales. Sin embargo, en el caso de los servicios y los alimentos sin elaboración, debido a la fortaleza de su demanda y la presión de los costes, se observa una mayor resistencia a la desaceleración de sus precios.
En términos de comparación con Europa, el IPCA en octubre alcanzó una tasa del 3,3%, mientras que en la Unión Monetaria esta tasa se situó en el 2,4%, por lo que el diferencial aumenta a nueve décimas, lo que de prolongarse en el tiempo puede suponer un lastre para la competitividad de la economía española.
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